Sanjuaneros; una tradición de casi 200 años
Allá por 1850 comenzó la tradición de peregrinar desde distintos estados de la República Mexicana, donde miles de fieles caminan largos trayectos para pedir o agradecer algún favor o milagro a la Virgen de San Juan.
Los devotos a la Virgen llevan a cuestas pesados nichos que solo dejan para descansar, llenos de ampollas, llagas, diferentes tipos de lesiones cutáneas que sufren los caminantes, lo peor que puede pasarles es que en su peregrinar, algún despistado que circula por las carreteras, los atropelle y pierdan la vida, o peor, que los deje con una invalidez de por vida.
A esto se arriesgan los sanjuaneros que cada año van desde Ciudad de México, Querétaro, Salamanca, Irapuato, Valle de Santiago y otros puntos del país que tienen su paso obligado por los municipios de Silao, Guanajuato y León.
Sin una protección o abanderamiento más adecuado, peregrinos con rumbo a San Juan de los Lagos se exponen a un accidente, al invadir prácticamente un carril de las carreteras libres de manera imprudente y entorpecer la circulación.
Es respetable la fe que profesan, pero muchos caen en fanatismo y es cuando ocurren los trágicos accidentes, porque han ocurrido muchas desgracias, indican automovilistas que circulaban esta mañana por la carretera Silao-Trejo.
Independientemente del terrible tráfico que provocan durante su caminata, la mayoría de estas personas no mide el peligro al que se exponen durante su trayecto sobre la cinta asfáltica, además de que llevan menores de edad y hasta bebés de brazos.
Lo más conveniente, nos dicen, sería que vayan por los acotamientos o fuera de la cinta asfáltica, es decir, por la terracería. Así se cuidan y previenen un accidente del que podrían estarse lamentando demasiado tarde.
Que lleguen con bien a su destino.
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