Encuentran osamentas humanas del siglo XIX en Zacatecas

Encuentran osamentas humanas del siglo XIX en Zacatecas

Las historias y leyendas que se contaban entre los alumnos de la escuela primaria Valentín Gómez Farías, en Zacatecas, resultaron ciertas, pues a lo largo de los años, estudiantes de primarias y hasta secundarias a lo largo del territorio nacional han contando siempre historias sobre sus recintos escolares; que si era un panteón, que ahí se ahorcó una niña, que en los baños se aparece un descabezado, etc.

Un sinfín de historias que alimentan la imaginación sobre el pasado de los colegios, pero ahora, la realidad superó a la ficción, pues en la escuela primaria Valentín Gómez Farías, ubicada en la capital de Zacatecas, el pasado mes de abril descubrieron restos óseos de ocho menores y un adulto, pertenecientes al siglo XIX.

El hallazgo se registró durante labores de rehabilitación realizadas al inmueble, construido en el siglo XVII, efectuadas por el Instituto Zacatecano para la Construcción de Escuelas, a través de la Secretaría de Obras Públicas estatal, bajo la supervisión del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Las obras, que comenzaron el 10 de septiembre de 2024 y culminaron el 30 de abril de 2025, incluyó la excavación de dos pozos para el estudio de mecánica del suelo. Posteriormente, al encontrarse las osamentas, se integraron especialistas de las secciones de Arqueología, Antropología Física y Conservación y Restauración.

La recuperación de los materiales óseos estuvo a cargo de la arqueóloga Baudelina Lydia García Uranga y la antropóloga física Lilian Ivette García Maya, así como de los restauradores Josué Israel Moreno Fraga y Miriam Jazmín Pineda Bravo.

Entre los siglos XVIII y XIX, este recinto escolar era utilizado como convento y hospital de la Orden de San Juan de Dios, cuya construcción del edificio comenzó en 1612.

En un pozo de 80 centímetros cuadrados, se descubrió un féretro de madera, de 80 centímetros de largo por 35 de ancho, decorado con grabados de rombos azules, en cuyo interior descansaban los restos de un individuo en su primera infancia, envuelto con una mortaja color café. Es el único esqueleto que se halló completo y en mejores condiciones de conservación.

Otros elementos que refuerzan la teoría son una moneda de 1862, encontrada entre el material recuperado, así como la clave de un arco, identificado por el historiador del INAH Limonar Soto Salazar, con la representación del escudo mercedario en un relieve de cantera de estilo barroco, asociado al primer convento de dicha orden, ubicado al pie del cerro de la Bufa, y el último fundado en la Nueva España.

También se hallaron botones, fragmentos de tela, un trozo de papel con texto en un idioma desconocido, cerámica y metales que servirán como material didáctico para estudiantes de las disciplinas antropológicas. Los restos se resguardarán en el Museo de Guadalupe, para su posterior análisis e investigación, en el segundo semestre del año.

Este hallazgo, explica el INAH, nutrirá el conocimiento respecto a las y los antiguos habitantes de la ciudad, sus prácticas funerarias y su historia, la cual tiene más de 400 años de ocupación.

Share this content: