Trump afirma que cumplirá con su promesa de campaña

Trump afirma que cumplirá con su promesa de campaña

El pasado viernes por la tarde, funcionarios canadienses se reunirían con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para intentar persuadirlo que evitara la imposición de nuevos aranceles, pero el gobernante de los gringos dijo desde lejos “ni se molesten”.

“No”, dijo cuando un periodista le preguntó en el Despacho Oval si había algo que Canadá, México o China pudieran hacer para evitar los nuevos aranceles que había prometido aplicar antes del 1 de febrero. “Ahora mismo no”.

Después de amenazar durante meses con imponer fuertes aranceles a los vecinos de Estados Unidos, la promesa de Trump de llevarlos a cabo no debería sorprender. Con la fecha límite vencida, funcionarios dijeron que los aranceles estarían disponibles en el mediodía de este sábado. Sin embargo, hasta las últimas horas antes de la fecha límite de principios de mes, muchos en Wall Street y en el Capitolio —por no hablar de Ottawa y Ciudad de México— mantenían la esperanza de que Trump diera marcha atrás.

La delegación de altos funcionarios canadienses llevaba varios días en Washington, reuniéndose con varios funcionarios del Gobierno —incluido el zar de fronteras, Tom Homan— para tratar de evitar la imposición de aranceles del 25% a todos los productos canadienses que Trump había prometido para el 1 de febrero.

Recorriendo Washington armada con videos y documentos que mostraban una frontera reforzada entre Estados Unidos y Canadá, la ministra de Asuntos Exteriores canadiense, Mélanie Joly, esperaba poder mostrar las medidas que su país había tomado para cumplir las exigencias de Trump de que se hiciera más para detener los flujos de inmigración ilegal.

Sin embargo, nunca estuvo muy claro qué podían hacer Canadá y México para evitar los nuevos aranceles, y menos aún para los negociadores de esos países, que pasaron la mayor parte de enero trabajando para averiguar cuáles eran sus opciones, si es que las había, para apaciguar las demandas de Trump.

Y al final de una semana en la que se produjo la primera gran marcha atrás del segundo mandato de Trump —sobre una orden de la oficina presupuestaria para congelar billones de dólares en subvenciones y préstamos federales, que fue rescindida tras confusión y caos generalizados— había pocas dudas en la mente de muchos aliados de Trump de que seguiría adelante con su promesa arancelaria de alguna manera.

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